Pueblo, ¡ay Pueblo mío!,
te llevo en mis entrañas.
Tu hueles a pan y miel,
a leña recién cortada,
a tu Sierra que me hechiza,
al perfume de tus jaras,
al quejido de tus ciervos,
a tu río, a tus aguas.
Pueblo, ¡ay Pueblo mío!,
en ti quiero ser sembrada.
Enredarme en tu perfume,
enredarme entre tus plantas.
Vivir mi segunda vida
en medio de tus montañas.
Pueblo, ¡ay pueblo mío!,
en ti quiero ser sembrada
sábado, 19 de diciembre de 2009
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